lunes, 24 de septiembre de 2007

DETENER LA PELOTA


Luego de que las horas han pasado y que la mente nos deja al menos mirar hacia atrás es que decidimos escribir estas simples líneas. Nuevamente para detener la pelota y no dejar pasar un acontecimiento que es histórico para Olavarría: La muerte de Helios Eseverri.

Un hombre polémico, discutido y seguramente imposible de graficar en palabras. Esto lo decimos porque él se consideraba “un hacedor” y en muchas oportunidades negaba el uso de términos de la lengua o el lenguaje para describirse. Este Hacedor, ya sin comillas y con mayúsculas, se vanagloriaba de serlo aunque esto le costara un sin número de criticas y exposición publica de la más acérrima oposición.

Los más conocedores de las historia de Olavarría, mas que nada de estos últimos 20 años, aseguran que Eseverri cambio notablemente si se lo compara con aquel gobernante que condujo la ciudad entre 1983 – 1987 y el que murió el viernes en la sala de Terapia Intermedia del Hospital Municipal. Esta comparación es odiosa porque es normal el cambio, dado que el sistema (léase la Democracia) lo hizo imbatible. Nadie podía con él. Ni oficialistas ni opositores, ni estructuras partidarias, ni periodistas, ninguno pudo con él. Como dicen los periodistas olavarrienses “es el dirigente más importante de Olavarría”. Dejamos en manos de cada uno de ustedes ubicarlo en un contexto: Siglo XIX ,XX, XXI.

Queremos decir, pese al lugar que ustedes le asignen en la historia, que es muy difícil que “haya nacido el dirigente local que pueda cubrir la ausencia de este vasco”. Este vasco, que conociendo el paño, se empeño en vender leche cruda “porque él se había criado consumiéndola”. Este vasco que hizo rotondas por doquier “porque agilizan el transito”. Este vasco “que hizo un puente que atraviesa la ciudad, también para agilizar el transito.” Será muy difícil lograr reemplazar a este Vasco que logro que todos los dirigentes locales – oficialistas y opositores – tengan que reflejarse en él para hacer campaña y pretender dirigir esta ciudad.

En este reflejo muchos han fallado y tomaron decisiones que Eseverri jamás hubiera tomado. Busquen en el archivo periodístico. Sólo ustedes busquen eso que les decimos.

Ahora bien, la voluntad divina dice que existe algo llamado la resurrección. Ustedes sabrán si este paso divino le toca al Intendente Municipal fallecido el viernes. Pero de lo que si estamos convencidos es que de ahora en adelante, en cada discurso, para bien o para mala, explicita o implícitamente Helios Eseverri seguirá viviendo.